Cómo y por qué funciona la relajación
del utero II
Como hemos visto anteriormente el útero, que es un órgano muscular, está
enervado por los dos sistemas nerviosos del Sistema nervioso autónomo: el
sistema nervioso simpático (SNS) y el parasimpático (SNP). El SNS lo que
provoca es la tensión de estos músculos y una disminución del riego sanguíneo
al órgano; mientras que la activación del SNP provocaría la relajación de las
fibras musculares y una mayor afluencia de sangre al órgano. Además, el hecho
de estar uno u otro sistema funcionando tiene efectos también en el resto de
los órganos que comparten espacio con el útero en la pelvis y en el sistema
sexual de la mujer. Una mayor afluencia de sangre al útero nos garantiza una
mayor conexión entre el cerebro y el músculo, entre la oxitocina (hormona
implicada en el parto y en la lactancia tanto como en el orgasmo) y los
receptores de oxitocina que se encuentran en las fibras musculares del útero.
Es decir, permitimos que el juego biológico que pone en marcha el sistema
sexual se active globalmente.
La práctica del entrenamiento autógeno nos permite acceder con mayor facilidad a un estado de relajación profunda, lo que equivale en la práctica a activar el SNP. Esta técnica ha sido estudiada una y otra vez y son numerosos los estudios médicos y científicos que avalan los efectos físicos y psicológicos que su práctica ofrece. En 2012, el equipo del departamento de neurología del Hospital Universitario Esssen (Alemania), se había propuesto investigar la modulación del dolor durante el estado mental obtenido en la relajación autógena. En el estudio demostraron, a través de imágenes obtenidas mediante resonancia magnética, las modificaciones que la práctica del entrenamiento autógeno había efectuado en el cerebro durante un proceso doloroso. Se activaron campos cerebrales diferentes en las mismas personas cuando estas se encontraban en estado de relajación al ser sometidas a dolor (1). Incluso la aplicación de este tipo de relajación ha sido estudiada en relación a enfermedades como el síndrome de colon irritable. En la facultad de medicina de la universidad de Tohoku, llevaron a cabo un experimento en el que enseñaron a 11 personas el entrenamiento autógeno, mientras a otros 10 les ofrecían información sobre hábitos alimenticios sanos y estilo de vida. Los resultados ofrecidos en este estudio fueron una gran diferencia de respuestas entre ambos grupos y revelaron que el entrenamiento autógeno es un excelente aliado para reducir los efectos del síndrome de colón irritable (2). Tanto las reacciones al dolor como los movimientos y reacciones del colon hunden sus raíces en el funcionamiento del sistema nervioso autónomo. Por lo que, por estos, y por otros muchos estudios realizados puede inferirse que es posible acceder al funcionamiento del sistema nervioso autónomo a través del entrenamiento autógeno. Otro ejemplo lo encontramos en la reducción del tono vagal y las pulsaciones del corazón en casos de ansiedad (3). Como vemos, este tipo de relajación tiene implicaciones en el comportamiento de la musculatura lisa unitaria como el útero y la gastrointestinal y pueden mejorar su respuesta.
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