05 abril 2015

ANDADORES PUEDEN AFECTAR DESARROLLO BEBES

Por Irene Rodríguez S.

Fueron creados con el propósito de ayudar a personas que no podían caminar, a quienes habían sufrido un accidente y necesitaban apoyo para movilizarse, o a otros que por su avanzada edad se les hacía difícil caminar. También procuraban ayudar a niños que tuvieran retraso en su desarrollo para gatear o andar.
Pero su uso se popularizó y años más tarde las andaderas estaban en las tiendas de artículos para bebé como un dispositivo para aprender a caminar y ayudar al menor a movilizarse. Padres, pediatras y especialistas en desarrollo infantil las recomendaron.
Sin embargo, el tiempo ha mostrado los efectos nocivos de aquella moda, todavía vigente hoy en algunos hogares.
Un estudio publicado en 2010 en el Bristish Medical Journal resaltó que estos aparatos no solo aumentan el riesgo de accidentes y lesiones graves, sino que retarda el desarrollo del niño y fuerzan al menor a tener posturas y movimientos antinaturales, retrasando el aprender a caminar.
La pediatra panameña Catalina Cuéllar, especialista en ortopedia, destaca que el desarrollo motor va de la mano con el desarrollo mental: el bebé primero se arrastra, luego se sienta, gatea, y, por último, camina. Este ciclo se rompe con las andaderas, que apuran un movimiento similar al caminar y que, a la larga, demorará más que camine sin apoyo.
“Los que gatean hacen un entrenamiento físico e intelectual para aprender a moverse; los que usan andador son más propensos a sufrir lesiones porque no llevaron ese proceso y su mente no sabe cómo coordinar o reaccionar”, explicó Cuéllar.
Para ella, el problema puede ir más allá: “Ahora no hay pruebas científicas suficientes, pero si se hiciera un estudio pormenorizado, con estadísticas de seguimiento, seguramente nos encontraríamos con anomalías en las rodillas y pies de los pequeños”, aseveró.
Rodolfo Hernández, director del Hospital Nacional de Niños, recalca que las andaderas hacen que los niños no se vean las piernas y altera la relación del niño con el espacio. “Parece que la mayoría de los niños se empareja con sus pares entre los 15 y los 18 meses, pero hay que prestar atención. La naturaleza no nos enseña a caminar con las piernas abiertas, pero la andadera sí hace que el niño se movilice con las piernas abiertas”, agregó.
Más riesgos. Accidentes serios tras haber usado una andadera tampoco son excepcionales. El Hospital Nacional de Niños ya recibió tres casos en lo que va del año. Una de las niñas lleva mes y medio hospitalizada, tras llegar con el 25% de su cuerpo quemado.
Los médicos de ese centro médico aseguran que el 30% de los accidentes graves que atienden en bebés menores de un año están relacionados con una andadera.
“Un niño en andadera tiene cuatro veces más riesgo de caerse de un segundo piso que uno que no está en este aparato, dos veces más posibilidades de fracturas y el doble de riesgo de quemaduras y de heridas por objetos punzocortantes”, subrayó Hernández, quien indicó que comenzó una lucha para seguir el ejemplo de Canadá y Brasil, que prohibieron las andaderas.
“El departamento legal del Ministerio de Salud ya está evaluando cuáles parámetros seguir y analiza estudios de otros países para determinar si se prohíbe la venta de estos aparatos. Yo no me voy a cansar hasta que así sea, si ya dos países pudieron, nosotros también podemos”, concluyó el jerarca.
Sin embargo la ministra de Salud, María Elena López, dijo a La Nación que el uso como tal no puede prohibirse , pues “es imposible imponer estas limitaciones a menos que se tenga una evidencia tremendamente firme”.
Indicó que sí harán una campaña para comunicar al público sobre los riesgos de las andaderas.
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10 MANERAS DE DECIR TE QUIERO A TU HIJO


01 abril 2015

Colecho sí, colecho no? Algunos lineamientos de reflexión

El colecho es una práctica que esta en la mira actualmente en los medios de comunicación, pero es una práctica que existe hace miles de años y jugó un papel esencial para la supervivencia de nuestra especie. Para el Dr. Carlos Gonzalez el colecho implica seguridad y adecuación a las necesidades del bebé, y ha permitido que nuestra especie supere condiciones de frió, inseguridad y precariedad a lo largo de la historia. 

En muchas culturas es una practica aceptada y cotidiana, incluso practicada por la mayoría. Actualmente en nuestro país esta práctica se comenzó a volver popular por sus beneficios demostrados en diversos estudios, pero sigue siendo cuestionada por cierto grupo de profesionales de la psicología y la pediatría.
Ante todo es importante preguntarse:
¿Puede ser el colecho bueno o malo per se?
Como toda práctica depende de quienes la realizan y la flexibilidad de saber distinguir las necesidades de nuestros hijos y las propias como padres. El colecho o no siempre debe ser una elección de la familia, nunca impuesto por un profesional.
¿Cual es la relación entre gestación extrauterina y colecho?
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Durante los primeros 9 meses de vida se habla de gestación EXTRAUTERINA. El pequeño ser que acaba de nacer tiene una necesidad los primeros meses de vida (especialmente los primeros 3m) de estar en contacto casi constante con el cuerpo materno o el de quien supla la función (en caso de ausencia de la madre, cansancio materno o que deba volver al trabajo de un cuidador que puede ser también el padre). Esto es fundamental además para establecer la lactancia exclusiva. El bebé busca el cuerpo materno y el pecho como refugio (Nils Bergman dice que cuerpo materno es el hábitat del recién nacido). El colecho en esta etapa suele ser la forma de dormir preferida por los bebés y los papas. Todos descansan mejor, ya que el bebé mama mucho de noche (y de día) y así evitan levantarse constantemente. También evita que el bebé se desvele a causa de su propio llanto ya que permite dar la teta acostados apenas el bebé la comienza a buscar. Todos siguen durmiendo. El colecho ayuda a la producción de oxitocina, la hormona del amor, que influye en la lactancia y el vinculo con nuestros hijos, favoreciendo una adecuada respuesta a sus necesidades. La autora Rosa Jove sostiene además que ayuda a regular las fases del sueño a través de la sincronía de la respiración de la mama y el bebe.

Debemos tener especial cuidado cuando estamos en contacto con familias en esta etapa, ya que es muy sensible y de mucho cambio. Imaginemos cuán duro debe ser para una mamá transitando el puerperio inmediato escuchar los prejuicios de muchos profesionales (pediatras y psicólogos) que insinúan que está abusando de su hijo por colechar. Muchas veces es la única forma de descanso posible para ese bebé y esa mamá.
¿Todos los bebés necesitan colechar?
Todos los bebés al igual que todos los adultos son distintos. Podemos decir que por neurobiología del apego el colecho es beneficioso para todos. Igualmente hay múltiples realidades. En algunos casos cuando el bebé se alimenta con fórmula no siempre despierta tan frecuentemente y puede adaptarse (o no) con más flexibilidad a la cuna. Y por supuesto hay bebés que naturalmente duermen más profundo que otros (esto no es lo más habitual son contados casos )y entonces se adaptan a la cuna en la habitación de sus padres (hasta los 6m ser recomienda co habitación) .1377288_10153297641150534_1516663967_n
¿El colecho afecta la sexualidad de los padres?
No necesariamente. La sexualidad puede continuar en otros espacios de la casa, apelando a la imaginación de los padres se puede continuar disfrutando libremente. El puerperio es una etapa donde el deseo sexual suele descender en pro de favorecer el vinculo con el bebe y esto tiene una base hormonal provocada por la lactancia. Es importante que cada pareja pueda establecer comunicación fluida sobre estos temas y buscar espacios de intimidad y placer conjunto. Lo mas importante es la intimidad, no la genitalidad, Cuando la intimidad y comunicacion continuan fluyendo la sexualidad se ira acomodando a los deseos y necesidades reales de cada pareja parental.
¿Es necesario colechar para criar con amor y apego seguro?
Por supuesto que no. Criar con amor implica responder a las necesidades de nuestros hijos, respetar sus tiempos y procesos de maduración, brindar contacto, caricias, demostrar afecto, consolar su llanto y entender sus enojos siendo conscientes de que no son mañas sino manifestaciones genuinas de sus necesidades. Podemos hacer todo esto sin colechar.
¿Cuando dejar el colecho?
Hay muchas posturas de hasta cuando el colecho, algunos sostienen que hasta que el niño quiera dejarlo, otros plantean una edad cronologíca y otros lo pensamos como un proceso. Considero que al igual que con la lactancia que cuando hay indicios de incomodidad tanto en el hijo como en los padres, es tiempo de buscar otra forma. No puedo decir una edad marcada numéricamente como límite por que bien sabemos que los procesos no responden a la matemática. Pienso más bien en ir observando la maduración de cada niño. Como sabemos el sueño de los niños durante la primera infancia cambia constantemente, por eso es importante ser flexibles a sus necesidades para poder acompañar estos procesos.

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Cuando los padres comiencen a sentirse incómodos o el bebé comienza a preferir y tolerar otros espacios de descanso. Los niños van mostrado señales: mayor autonomía, más capacidad de espera y a disfrutar estar en compañía de otros adultos (también tolerar más la separación). A los 9 meses en general se desplazan solos gateando (algunos pocos caminando) y van adquiriendo mayor autonomía. A la vez construyen la categoría del extraño y surge la angustia de saberse distintos a mamá. Se manifiesta mucha angustia ante separación (está etapa suele darse entre los 6 meses y los 8 y durar incluso hasta el año, dónde no concluye sino que ante situaciones nuevas de separación resurge, como en el inicio del jardín o guardería). Desde la crianza respetuosa los padres buscan acompañar este momento, muchos que estaban pensando en dejar de colechar esperan a que pase este momento para hacerlo. ¿Hasta cuando? Insisto para mi es un proceso. Cuando se extiende más allá del preescolar habría que pensar e indagar el caso puntual de esa familia y ver que está ocurriendo. No se puede tomar un dato aislado de la crianza del niño sin poder observar toda la realidad que lo rodea. El colecho en sí mismo como dato aislado no nos dice nada.
Acercarnos con muchísimo respeto a la realidad del otro, parece algo obvio pero en la práctica no lo es. Muchas veces el proceso fluía y una separación abrupta (ingresó a la escolaridad forzado, un duelo familiar, la llegada de un hermanito, enfermedad o una intervención médica por ej) puede generar obstáculos y demorarlo. En ese caso puede ser pertinente la intervención profesional siempre con el consentimiento de los padres y respetando sus decisiones.
Información complementaria importante:
Estudios cientificos
Nils Bergman

HUELLAS DE LA HISTORIA FAMILIAR

13 marzo 2015

MIEDO AL PARTO

El miedo al parto

o El miedo al dolor de cara al parto

Muchas mujeres nos enfrentamos al parto con miedo. Lo más habitual es el miedo al dolor y al sufrimiento. Un miedo provocado en ocasiones por las historias de terror que nos cuentan nuestras propias madres acerca de nuestro nacimiento o el de nuestros hermanos, o por lo que nos cuentan madres más recientes, familiares y amigas que han vivido partos duros y traumáticos. Gran parte de estos miedos son fruto, pues, de la  horrible imagen que nos muestran la mayoría de las mujeres de nuestros círculos. Sin embargo estas desagradables experiencias no se deben a que el parto sea intrínsecamente algo muy difícil y peligrososi no que en gran medida son el resultado de una mala praxis, es decir una atención inadecuada por parte de los profesionales.
En nuestra sociedad se piensa que es normal que el parto sea algo horrible, y que las mujeres debemos saber y asumir esto como algo irremediable. El sentirse indefensa, que nada podemos hacer para evitar este sufrimiento incrementa el miedo que sentimos hacia el parto. De esta manera, la mujer, aparte de aterrada, se presenta en el hospital con una actitud sumisa. Dado que piensa que tanto ella como su bebé están en peligro, acatará las decisiones de su médico, que es “el que sabe” y quién va a salvarles la vida. Así las mujeres delegamos en el médico todo el poder y la responsabilidad, y vivimos atemorizadas uno de los momentos más mágicos de nuestra vida, desconectadas del proceso y deseando que todo termine lo antes posible.
Parte de la labor de nuestra asociación es precisamente intentar cambiar estas experiencias y con ello la imagen social que se tiene del parto. Parir puede ser una experiencia bonita y placentera siempre y cuando las condiciones sean las adecuadas y saber esto ayudará a que podamos parir sin miedo.
¿Qué es el miedo?
Según el diccionario de la Real Academia Española (DRAE) el miedo es la <<perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario>>. El vocablo procede del latín metus, que tiene significado análogo.
El miedo es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente o futuro. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano. Desde el punto de vista biológico, el miedo es un esquema adaptativo, y constituye un mecanismo de supervivencia surgido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. En ese sentido, es normal y beneficioso para el individuo y para su especie.
Desde el punto de vista psicológico, social y cultural, el miedo puede formar parte del carácter de la persona o de la organización social. Se puede por tanto aprender a temer objetos o contextos, y también se puede aprender a no temerlos, se relaciona de manera compleja con otros sentimientos (miedo al miedo, miedo al amor, miedo a la muerte) y guarda estrecha relación con los distintos elementos de la cultura.
El mecanismo que desata el miedo se encuentra, tanto en personas como en animales, en el cerebro, concretamente en el sistema límbico, que es el encargado de regular las emociones, la lucha, la huida y la evitación del dolor, y en general de todas las funciones de conservación del individuo y de la especie. Este sistema revisa de manera constante (incluso durante el sueño) toda la información que se recibe a través de los sentidos, y lo hace mediante la estructura llamada amígdala, que controla las emociones básicas, como el miedo o el afecto, y se encarga de localizar la fuente del peligro. Cuando la amígdala se activa se desencadena la sensación de miedo y ansiedad, y su respuesta puede ser la huida, la pelea o la rendición. Es interesante señalar que el miedo al daño físico provoca la misma reacción que el temor a un dolor psíquico.
La extirpación de la amígdala parece eliminar el miedo en animales, pero tal cosa no sucede en humanos (que a lo sumo, cambian su personalidad y se hacen más calmados), en los que el mecanismo del miedo y la agresividad es más complejo e interactúa con la corteza cerebral y otras partes del sistema límbico.
El miedo produce cambios fisiológicos inmediatos: se incrementa el metabolismo celular, aumenta la presión arterial, la producción de adrenalina, la glucosa en sangre y la actividad cerebral, así como la coagulación sanguínea. El sistema inmunológico se detiene (al igual que toda función no esencial), la sangre fluye a los músculos mayores (especialmente a las extremidades inferiores, en preparación para la huida) y el corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células (especialmente adrenalina). También se producen importantes modificaciones faciales: agrandamiento de los ojos para mejorar la visión, dilatación de las pupilas para facilitar la admisión de luz, la frente se arruga y los labios se estiran horizontalmente.
¿Por qué tenemos miedo al parto?
Uno de los mayores temores es no saber a qué nos enfrentamos, el desconocimiento de una experiencia que nunca hemos vivido. Por eso, los partos posteriores suelen enfrentarse con menos temor, salvo que la primera experiencia haya sido traumática.
Por otra parte, hay miedos ancestrales que llevamos dentro de nuestro ser. El miedo a la muerte, el miedo al dolor, el miedo a perder el control de las situaciones, el miedo a lo desconocido...
El miedo al parto y al dolor del parto lo llevamos inculcado desde dentro en nuestra cultura. Ese ancestral mandato bíblico de <<parirás con dolor>>, puede clavarse en la mujer como una sentencia fatal y generar un auténtico terror a lo que se pueda sufrir en el momento del parto. Es importante conocer todos estos miedos y trabajarlos antes del parto para poder controlarlos. El diálogo con otras mujeres, una doula, la propia matrona que nos atenderá en nuestro parto e incluso la pareja, puede ayudarnos a ahuyentar estos miedos El miedo es en cierto modo algo aprendido, que por tanto, se puede <<des-aprender>>: La información es una de las mejores armas contra el miedo.
¿Cómo afecta el miedo al parto?
Para tener una conciencia de lo que realmente afecta a la mujer en el parto, el miedo y el estrés derivado de éste, solo hay que constatar los resultados de diversos estudios:
El miedo al parto puede provocar problemas significativos durante el parto y el postparto. El miedo durante el parto está asociado con un mayor dolor durante el proceso, una prolongación del primer y segundo período del parto y un mayor sentimiento de insatisfacción. Además, el miedo tiene una relación más fuerte que el estrés con el dolor y la duración del parto. La anestesia epidural disminuye inicialmente el dolor, pero las mujeres que la usan tienen más miedo.
 El miedo en el parto se ha demostrado que está también implicado en el 7-22% de las cesáreas electivas por parte de la madre, sin justificación médica, lo que aumenta la tasa de cesáreas . El grupo de Ryding y colaboradores encontró a su vez que el miedo severo puede causar que el parto desemboque en una cesárea de emergencia.
Numerosos estudios de diferentes países documentan los miedos que experimentan las mujeres durante el parto. Tres estudios suecos, todos cualitativos y con grupos de estudio de entre 23 y 53 mujeres exploraron sus miedos durante pequeñas entrevistas semi-estructuradas. Determinaron que sus miedos se focalizaban sobre todo en el dolor del parto y el miedo a padecer secuelas físicas de algún tipo o incluso la muerte, tanto en ellas como en los bebés. La experiencia del miedo en el parto entre las mujeres finlandesas ha sido estudiada por las matronas finlandesas Melender y Lauri quienes llevaron a cabo dos estudios cualitativos mediante entrevistas para explorar el miedo relacionado con el parto en un grupo de 20 mujeres que habían dado a luz recientemente, así como por el grupo de Saisto y colaboradores , quienes encontraron resultados semejantes. Las mayores preocupaciones de estas mujeres se relacionaban con el dolor del parto, el riesgo de secuelas para ellas o el recién nacido, la actitud y atención por parte del personal sanitario y el miedo a complicaciones como hemorragias severas. En Alemania, Neuhaus y colaboradores realizaron entrevistas a 122 mujeres que acababan de dar a luz para analizar su experiencia de parto y los miedos padecidos durante el mismo. Los miedos más comúnmente relatados fueron una vez más el miedo al dolor, sobre todo en partos inducidos, secuelas en la madre o el bebé y errores obstétricos.
Los investigadores exploraron además el origen de dichos miedos. Entre las causas están la tendencia a pensamientos negativos, el haber escuchado historias de experiencias negativas de parto en otras mujeres, el diagnóstico prenatal de posibles riesgos, falta de conocimiento e información acerca del proceso de partoo experiencias previas negativas en multíparas.
Un estudio entre la población de Turquía reporta algunas de las frases de las mujeres que dicen tener miedo al parto:
“Tengo miedo al dolor del parto”
“Esto es lo que más miedo me provoca: que haré si no soy capaz de soportar el dolor”
“El dolor del parto... Es la cosa más horrible”
“Tengo miedo de perder el control”
“Tengo miedo de no ser capaz de hacerlo, de no saber dar a luz a mi bebé”
“Tengo miedo de morir”
“Tengo miedo de que surjan problemas, de que algo se rompa...”
“Te tocan en tus partes más íntimas... Eso me da miedo”
“Te cortan, te ponen un montón de aparatos... todo eso me aterra”
“Creo que eso (refiriéndose a la vagina tras una episiotomía) nunca vuelve a ser igual, tengo miedo de que me afecte en mis relaciones”
Wuitchik y colaboradores comentan que el miedo al dolor o a la indefensión y la preocupación antes del parto están fuertemente asociados al sufrimiento y al dolor durante el parto. Lederman y colaboradores recogen que los miedos a la indefensión, al dolor, a la pérdida de control o de autoestima afectan a la evolución del parto.
El excesivo control  prenatal al que se somete en la actualidad a las mujeres embarazadas también juega un importante papel, ya que puede sumir a las mujeres en una continua situación de riesgo que aumenta el miedo al parto. El estudio encuentra que los discursos sobre riesgos prenatales ejercen un control social sobre las mujeres embarazadas, haciéndoles tener miedo, sentirse culpables, juzgadas o incluso castigadas.
No sólo el miedo, sino la ansiedad y el estrés durante el parto aumentan el nivel de adrenalina y disminuyen las contracciones uterinas, además prolonga la duración del parto y empeora el estado fetal. Es más, el simple hecho de entrar en el hospital puede afectar notablemente a las contracciones uterinas, como consecuencia del cambio de escenario.
¿Cómo vencer el miedo al parto?
La primera arma que puede tener una mujer para vencer el miedo es conocer a fondo el proceso de parto en toda su dimensión. No sólo desde el punto de vista fisiológico, sino también desde el punto de vista de “saber” realmente qué es lo que puede sucederle. Conocer físicamente el lugar donde se va a dar a luz, conocer la manera de proceder del personal que nos va a atender, sus protocolos, etc. va a contribuir muy favorablemente a disminuir el miedo al proceso de parto. Asimismo, la redacción de un plan de parto en el cual la mujer sepa de antemano que se van a respetar sus deseos respecto a cómo se quiere que acontezca este suceso, puede ser un elemento crucial para disminuir el umbral del miedo al parto.
Las variables más importantes para conseguir que el parto sea una experiencia positiva son que la mujer sienta que tiene el control y el apoyo de una comadrona. Por este motivo, en Suecia se puso en marcha un equipo de ayuda y apoyo psicológico a mujeres con especial miedo al parto denominado “Aurorateams”. Este equipo, integrado fundamentalmente por matronas, aborda el parto desde un enfoque más natural y cuenta con una serie de sesiones previas al parto que ayudan a la madre a disminuir su ansiedad y a entrar a la fase de parto más tranquila. Además, se redacta un plan de parto junto con la mujer, donde se pone especial énfasis en atender los aspectos que más estrés causan a la mujer. Los resultados de esta iniciativa son sorprendentes ya que suponen una reducción de un 50-62% en el número de cesáreas electivas y partos vaginales más cortos y satisfactorios que entre mujeres no tratadas.

PATERNIDAD ACTIVA

12 febrero 2015

Parir en Libertad (2015)

DEJAR QUE EL BEBÉ DECIDA CUÁNDO NACER

Dejar que el bebé decida cuando nacer

11 de septiembre de 2014 | Lola Rovati    @Lolarovati



El embarazo, leí alguna vez y disculpen la alegoría, es como cocinar un guiso a fuego lento. No se puede apurar el fuego para que esté listo antes, porque no sale bien, el sabor no es el mismo. El guiso está en su punto justo, si tenemos paciencia y lo mantenemos a fuego lento el tiempo que necesite. En condiciones normales, el bebé también debe permanecer en el vientre materno hasta que el parto se desencadene naturalmente, es él quien decide cuando nacer.
Partos... ¿a término?
El parto se desencadena por una conjunción de factores biológicos sincronizados entre la madre y el bebé. Es este último quien envía señales endocrinas a la placenta y a la madre para que su organismo ponga en marcha la segregación de oxitocina, hormona encargada de provocar las contracciones uterinas que dan lugar al nacimiento.
Se considera un parto a término aquel que se produce entre la semana 37 y 42 de embarazo, pero evidentemente nacer en la semana 37 no es lo mismo que nacer en la 42. Hay nada menos que cinco semanas entre una y otra, una diferencia que puede ser abismal cuando hablamos del desarrollo del bebé.
Cada día que pasa dentro del útero es fundamental para su salud. Entre la semana 37 y la 39, órganos principales como los pulmones, el cerebro y el hígado siguen completando su desarrollo.
De hecho, el Colegio Estadounidense de Obstetricia y Ginecología ha decidido introducir algunos matices en las definiciones de lo que es un parto a término aclarando que los partos inducidos y las cesáreas programadas antes de cumplir la semana 39 no son considerados partos a término normales, y por tanto se desaconsejan.La gestación es el proceso humano más complejo que tiene un principio, el momento de la concepción, y un final, el nacimiento del bebé. Durante 38 semanas (40 contando desde la fecha de la última menstruación) el bebé se desarrolla dentro del útero materno hasta que está preparado para salir al mundo.


Márgenes de cálculo

El bebé nace en la semana 40, en teoría, pero esto no siempre sucede así. No hay que desalojarlo al cumplir la semana 40 como si tuviese fecha de vencimiento, si el niño aún no ha nacido es porque todavía no está preparado para hacerlo
Se calcula un parto a término tardío el producido entre las semanas 41 y 42 pues se establece un margen de cálculo, ya que la concepción podría haber sucedido más tarde de lo que se creía, por tanto la fecha de parto se mueve una o dos semanas.
Superadas las 42 semanas existen ciertos riesgos para la salud de la madre y del bebé, como placenta envejecida, reducción de líquido amniótico, macrosomía o aspiración de meconio.
Es poco probable que el bebé no haya decidido nacer antes de la semana 42. Sólo un 10 por ciento nace en esta semana. Si esto sucede, que cumplida la semana 42 el bebé no haya dado señales de salir, es fundamental llevar un control médico exhaustivo para detectar cualquier posible riesgo y en su caso valorar la inducción.

Impaciencia, dudas, temores

A medida que se acerca la fecha de parto la ansiedad por tener al bebé en brazos va en aumento. Pasadas las 37 semanas cualquier pequeña anormalidad puede hacernos plantear la conveniencia de adelantar el parto, pero es importante informarse adecuadamente con el médico sobre el alcance de dicha complicación y valorar qué es lo mejor.
La inducción con oxitocina sintética y la cesárea electiva (sin razón médica de peso) no siempre son la mejor alternativa, pues las complicaciones que traen acarreadas pueden ser mayores.
Dejar que el bebé decida
La gestación es un proceso maravilloso, casi milagroso diría. Parece increíble que esa personita tan perfecta se haya formado dentro nuestro durante nueve meses.
Cuando el bebé está listo para nacer, volviendo a lo anterior, cuando el guiso ha llegado a su punto, se desencadena una respuesta hormonal de la madre que lo prepara para nacer. El bebé se vuelve alerta y receptivo para reconocer a su madre y al entorno, para favorecer lo que se conoce como el momento de impronta, que en el caso de los partos que no se desencadenan de forma natural, esa respuesta se ve alterada.


30 enero 2015

15 enero 2015

LEY LACTANCIA MATERNA


Reglamentan la ley que promueve la lactancia materna.
15/1/2015
Una práctica de nutrición segura para menores de dos años.  Por medio del Decreto 22/2015, el Poder Ejecutivo reglamentó y puso en vigencia la Ley Nacional N° 26.873.
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Ciudad de Buenos Aires (Argentina).- Con la publicación ayer en el Boletín Oficial del Decreto 22/2015, reglamentario de la Ley 26.873 de Promoción y Concientización Pública sobre la Lactancia Materna, se completó y puso en vigencia esta norma, orientada a extender y ampliar la promoción y la concientización pública sobre la importancia de la lactancia materna y de las prácticas óptimas de nutrición segura para lactantes y niños de hasta dos años de edad.
Tras la entrada en vigor de esta ley, el ministro de Salud de la NaciónJuan Manzur declaró que"favorecer la lactancia materna es una política de Estado y un tema de salud pública".

"Muchas de las enfermedades más comunes, y a veces, más serias en los niños pequeños resultan menos frecuentes y menos graves en aquellos amamantados por sus madres. Y también, en caso de tener una enfermedad respiratoria o una diarrea, se recuperan más fácilmente y en menos tiempo que los niños alimentados con fórmulas", puntualizó por su parteNicolás Kreplak, subsecretario de Medicina Comunitaria, Maternidad e Infancia de la cartera sanitaria nacional.
En el marco de las políticas públicas sobre lactancia materna ya implementadas por el Ministerio de Salud de la Naciónla norma ordena acciones específicas de promoción de la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y de la lactancia materna continuada de los seis meses a los dos años o más. Junto a esas acciones, recomienda una alimentación complementaria adecuada y oportuna; y la difusión y accesibilidad a la información, en especial de las mujeres embarazadas, a quienes se debe hacer conocer la importancia de su estado nutricional y el de sus hijos.

En efecto, la lactancia materna es el mejor principio para una vida saludable. La leche de madreno sólo contiene todos los nutrientes que el niño necesita, sino que es en sí misma un tejido vivo, incomparable con cualquier fórmula de leche artificial. Además, es la única que contiene anticuerpos que protegen a los niños de muchas enfermedadesNo presenta riesgos de contaminación, favorece el vínculo entre la mamá y el bebé, así como la salud de los dos, en el presente y en el futuro.
La ley prevé igualmente la promoción y apoyo a la creación de Centros de Lactancia Materna y Bancos de Leche Materna.

Para lograr estos objetivos, la ley estipula promover la capacitación del personal de salud en todos los temas relacionados con la lactancia y la alimentación del niño pequeño; el relevamiento de indicadores; el desarrollo y divulgación de proyectos de investigación y la adhesión de los distintos efectores a las iniciativas Hospital y Centro de Salud Amigo de la Madre y el Niño.
Una novedosa iniciativa contenida en esta ley, a instancias del Ministerio de Salud de la Naciónse refiere al apoyo a la madre trabajadora en período de lactancia y al establecimiento de "Espacios Amigos de la Lactancia" en los lugares de trabajo, que ha comenzado a divulgarse y extenderse entre empresas y empleadores de distinta envergadura.

- ¿Qué es un Espacio Amigo de la Lactancia?
Un Espacio Amigo de la Lactancia Materna es un local o un área con privacidad dotado de las comodidades necesarias para que las mamás puedan extraerse leche y conservarla a la temperatura adecuada hasta su horario de salida, de forma que la persona que cuida a su bebé pueda administrársela al día siguiente durante su ausencia.

- Los Centros de Lactancia
Un Centro de Lactancia funciona dentro del ámbito de una institución de salud y es un espacio dedicado a la promoción de la lactancia. Su objetivo es facilitar la extracción y la conservación de la leche de las madres en condiciones adecuadas, para que después pueda ser administrada a sus propios hijos, cuando por algún motivo no pueden amamantarlos directamente. También las asiste en sus dudas o problemas referidos a la lactancia y lleva adelante investigaciones, así como actividades de desarrollo tecnológico, información y educación.

- Los Bancos de Leche Materna
Un Banco de Leche Materna es un servicio especializado, responsable por la promoción, protección y apoyo a la lactancia materna. Realiza actividades de recolección del excedente de leche de la madre que amamanta, la procesa, controla su calidad, la clasifica, conserva y distribuye.
La leche materna procesada es empleada para alimentar a bebés que no pueden recibir leche de su propia madre, ya que la administración de leche materna resulta particularmente eficaz para alimentar a los Recién Nacidos de Riesgo, debido a su prematurez extrema o su bajo peso al nacer, entre otras razones.