OCTOBER 3, 2013
Muchas mujeres embarazadas que escogen el modelo de
cuidado de las matronas, también escogen la opción de tener a su bebé en
casa, buscando así la comodidad, la privacidad y la oportunidad para su familia
de participar en su propio ambiente, con el mínimo de intervenciones.
La
fisiología del parto deja claro que cuanto más relajada se siente una mujer que
está en labor de parto, más eficientemente funcionará su cuerpo.
Si
la mujer se encuentra nerviosa y tensa, su cuerpo liberará las hormonas
del estrés (catecolaminas), que harán que se inhiba la dilatación
del cuello uterino. Todos los mamíferos se comportan de la misma manera en el
momento del parto: si se les priva de intimidad, movimiento o se sienten
amenazados, el proceso de parto no progresa y se para por completo.
Por
esta razón se utiliza la oxitocina artificial en los partos hospitalarios, la
cual provoca fuertes y dolorosas contracciones que hacen que la mujer que
esperaba tener un parto natural, termine pidiendo algo que le alivie el dolor
tan intenso que está sintiendo a causa de esta droga.
Y
así se forma un círculo vicioso. Los medicamentos administrados normalmente
afectan la capacidad del cuerpo para actuar por sí solo, así que se necesita
aún más oxitocina artificial, pero esto es peligroso porque a causa de esta
oxitocina artificial, el útero está siendo estimulado de manera muy intensa y
contínua, lo cual es muy probable que cause estrés fetal y todo termine en una
cesárea.
A
toda esta cadena de eventos se le llama cascada
de intervenciones y es lo que conduce a la epidemia de cesáreas
que se está produciendo en muchos lugares.
REFERENCIAS: Elizabeth Davies. Heart&Hands. A Midwife’s Guide to Pregnancy and Birth.